noviembre 25, 2008

EL ESTUDIO DE CADAVERES


Existe un lugar, no lejos del Centro Médico de la Universidad de Tennessee, en Knoxville, donde los expertos en ciencias forenses que se dedican a estudiar con rigor el inevitable proceso de “polvo eres y en polvo te convertirás” en el Anthropological Research Facility, más conocido como the Body Farm (“la Granja de Cuerpos”), es una verja metálica rodea el terreno de 1,6 hectáreas en la ladera de una colina donde reposan más de 50 cadáveres en todas las posiciones y condiciones imaginables.
El objetivo de este siniestro laboratorio creado en 1972 por el pionero mundial de la antropología forense Bill Bass y dirigido hoy por su alumno Richard Jantz es observar y entender el proceso de la descomposición postmortem para saber con exactitud alguna de las preguntas mas importantes de cualquier caso criminal, como seria saber cuando se produjo la muerte.
Para ello es fundamental conocer al detalle las etapas de desintegración del organismo y el papel que juegan el hábitat, la temperatura, la humedad y la actividad de los insectos y otros animales que acuden al olor del cadaver.
Existen cuatro fases en la descomposición de un organismo:
- la reciente o cromática
- la de hinchazón o enfisematosa
- la de putrefacción o colicuativa
- la de reducción esquelética
En cada una de ellas interviene una fauna diferente.
Las primeras en detectar el olor, a los pocos minutos de la muerte, son las moscardas azules, que acuden a poner cientos de huevos en los orificios o en las heridas abiertas del cuerpo, salvo que la temperatura sea inferior a 10 ºC, en cuyo caso no aparecen.
Pero si hay suficiente calor y humedad, a las seis horas habrán nacido las larvas, que se dedicarán a consumir los tejidos durante semanas enteras. En la fase de hinchazón intervienen las bacterias, que producen gases a medida que van consumiendo los intestinos y el estómago. Entre los tres y los seis meses aparecen varios tipos de coleópteros derméstidos y lepidópteros, y cuando el cuerpo está seco y apergaminado llega el turno de los ácaros, que se alimentan de la piel, el pelo y los ligamentos.
LA IMPORTANCIA PARA EL INVESTIGADOR

El ciclo de tiempo-insectos, especialmente en el caso de las larvas, sigue un patrón muy definido. Lo que hace único a este laboratorio es que permite cotejar esa información con otros factores como la temperatura y la humedad en distintos meses del año en condiciones muy similares a los que se producen en la escena de un crimen, porque el lugar donde yace influye en el tiempo en que tarda en descomponerse un cuerpo.
Otra incógnita que se puede escalerecer gracias a la entomología forense es la forma en que se produjo la muerte. Por ejemplo, la sangre es lo que más atrae a las moscas a la hora de poner sus huevos. Cuando la víctima ha sido apuñalada, las larvas proliferan masivamente en la zona de la herida y devoran la carne mucho más deprisa que en otras partes del cuerpo. Este fenómeno, conocido como descomposición diferencial, pone siempre sobre aviso al investigador. Con la ayuda de los toxicólogos también podemos determinar si la persona era adicta a una droga o fue envenenada, ya que el bicho portará la droga o el veneno en su organismo después de visitar el cadáver. O incluso podemos averiguar si un cuerpo ha sido mutilado en el momento del crimen o si se ha desmembrado al ser devorado por los roedores.


ANALISIS DE LAS BACTERIAS
Se analiza el cambio de compuestos químicos que se generan a partir de la descomposición del cuerpo así como la acción de las bacterias, una mezcla de ácidos grasos creados por la degeneración de ADN y tejidos grasos cuya proporción varía a medida que transcurren los días desde el fallecimiento. Así podríamos saber cuánto tiempo lleva el cadáver en el lugar donde fue halla do, o si estaba en otra parte y después fue trasladado y cuándo. El método puede ser fiable si se conoce bien la composición química del suelo sobre el cual yace.


PROCEDENCIA DE LOS CUERPOS PARA SU ESTUDIO
Existen tres fuentes:
1.- De los centros forenses del estado de Tennessee, que normalmente son cadáveres sin identificar que nadie reclama.
2.- Otra fuente son los familiares de algún fallecido que conocen el laboratorio y quieren ayudar a la ciencia.
3.- Las personas que voluntariamente donan sus propios cuerpos firmando una autorización antes de morir.


COLECCIÓN DE HUESOS
Es la mayor colección de huesos y esqueletos de norteamericanos actuales –del siglo XX en adelante– que hay en Estados Unidos. Hay más de 500 y cada año se incorporan alrededor de 50. A partir de la colección se elabora una base de datos que está disponible para cotejar en casos de asesinatos y de personas desaparecidas o incluso para estudios de antropología comparativa que quieran analizar, por ejemplo, las diferencias entre los norteamericanos de hoy y los de hace cien años.
¿Pueden los huesos dar alguna pista si el cuerpo está quemado? Esto si es posible ya que en la granja se queman algunos cadáveres de forma experimental para conocer el proceso y la forma en que el fuego consume los músculos a medida que el agua corporal se evapora. Se puede apreciar cómo los músculos de los brazos, dedos y piernas se encogen en una posición que se le llama pugilística o del boxeador.
Si el cuerpo hallado en la escena del incendio no presenta esa postura, quiere decir que quizá no murió en el incendio.
Otro dato: el fuego arde de forma diferente en un incendio accidental que en uno provocado, en el que las llamas son más intensas y la temperatura más alta. Gracias a esta información se pueden resolver varios casos, como por ejemplo de una persona que fingió su propia muerte para cobrar un seguro.

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